Contaminación Agrícola Al Centro de Demanda de La EPA

dozens of pigs stand tightly in individual cages at a factory livestock farming operation

 

La Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) actualmente se encuentra bajo una avalancha de demandas con respecto a su falta de reglamentación de las granjas ganaderes industriales. Grupos defensores están responsabilizando a la EPA por no cumplir con su tarea de hacer cumplir los reglamentos para decenas de miles de las grandes granjas ganaderas industriales.

La cantidad de desechos producidos en la industria ganadera presenta una seria amenaza a las vías fluviales públicas, y por ende, a los ecosistemas naturales y el agua potable. El costo de mitigar esta contaminación suele convertirse en una carga a los contribuyentes, dueños de negocios más pequeños, distritos de agua y a los individuos propietarios de tierras y casas.

En 2017, decenas de entidades de protección ambiental presentaron una petición con la EPA. Una de estas es un grupo defensor y activista que se llama Food & Water Watch, cuyos representativos sostienen que seis años después, “..La EPA no ha hecho nada al respecto, mientras que las comunidades siguen sufriendo de la contaminación de esta industria mayormente no regulada.”

Esta petición presionó a la EPA para que implementara medidas más estrictas en las ganaderías, particularmente, con respecto al cumplimiento de la Ley de Agua Limpia (Clean Water Act).

En 2022, grupos ambientalistas presentaron demandas conta la EPA, a partir de la ley federal que dice que la agencias gubernamentales deben de responder a las peticiones dentro de un plazo razonable. La demanda afirma que con el retraso, la magnitud del sufrimiento de las comunidades se está incrementando mientras que la contaminación de la granjas industriales no se solucione.

Las Operaciones Concentradas de Alimentación Animal (CAFO por sus siglas en inglés) son operativas ganaderas a gran escala practicadas por la mayoría de las granjas industriales. A medida intenta enfrentarse a la contaminación de agua, combatiendo los “fuentes puntuales” debería ser la primera cosa en su agenda, para prevenir la contaminación desde el día uno.

Según La Ley de Agua Limpia, los CAFO constituyen uno de estos fuentes puntuales, sin embargo no se ha hecho nada para combatir el flujo agrícola.

El problema es complejo. Si compran la tierra y contratan agricultores, o si hacen contratos con agricultores ganaderos para manejar estas operaciones, sus operaciones afectan los medios de vida de las familias agrícolas — y frecuentemente a comunidades rurales enteras. Sin embargo la presión para más ganancias, ganado más grande y cosechas más rápidas está muy lejos del estilo de vida “natural” que se imaginan muchas personas cuando piensan en la agricultura.

A menudo los agricultores se han encontrado en una posición económica en donde no tienen otra opción más que conceder las demandas de las corporaciones, a pesar de los desechos y peligros ambientales que generan. Al mismo tiempo, la máquina corporativa de propaganda es excelente para alimentar en los agricultores y las comunidades rurales una narrativa perversa que minimiza el daño causado por los CAFOs.

La granjas industriales deben de trabajar acorde con los permisos de descarga de contaminación agrícola. Pero con las regulaciones débiles, solo unas operaciones están conscientes. Food & Water Watch ha dicho que la misma EPA “estima que hay casi 10.000 grandes CAFOs por toda la nación descargando ilegalmente sin un permiso de la ley de agua limpia.”

Anthony Schutz, profesor asociado de la Universidad de Nebraska de la escuela de derecho declaró que, “Existe un grupo de presión poderoso que no apoya la regulación. Prefería ver reducción de contaminación lograda a través de acciones voluntarias.”

El juicio, si exitoso, obligará a la mano de la EPA a insistir que los estados sean más estrictos en cuanto a la contaminación.

Este juicio ha incluido historias de unos de los individuos afectados por la contaminación de agua por los CAFOs. Food & Water las ha compartido con el público, y solo representan a algunos de los miles afectados por la contaminación de las vías fluviales.

Algunas de las historias sobre la contaminación por las granjas industriales que se compartieron son las siguientes:

Residente de Dakota del Sur David Gillespie vivía río debajo de una granja ganadera. Durante las fuertes lluvias, los desechos industriales seguían el curso del río hacia el arroyo en su tierra. Desgraciadamente, David se resbaló y se cayó en el río por solo un momento. Unas semanas después le diagnosticaron con una infección sanguínea severa. enía una minúscula ampolla abierta en el pie cuando se cayó, y se convirtió en una grave úlcera dentro de poco tiempo.

Cuatro años después, después de sobrevivir la herida casi mortal, su capacidad de caminar sigue afectada.

Nancy Utesch vivía en una zona rural rodeada por 16 CAFOs de producción lechera. Ella era parte de una comunidad que dependía del agua de pozo. Los residuos de la producción lechera industrial habían contaminado su agua subterránea y habían enfermado a muchos, casi matando a un infante.

Julie Duhn of Eldora, Iowa incluso tiene miedo de llevar a sus nietos a nadar. Duhn dice que el juicio, con respecto a la necesidad urgente de que la EPA tome alguna acción, “El agua fundamental para la vida y cuando uno no se siente cómodo tomándola, eso a mí me parece bastante urgente.”

“Nuestros miembros han vivido con la consecuencias de confinar miles de animales en un solo lugar y de los métodos anticuados de las granjas ganaderas del manejo del estiércol – el resultado es una reducida calidad de vida, enfermedades y destrucción ambiental.” Amy Van Saun, abogado principal con Petitioner Center for Food Safety (Centro de Peticiones de Seguridad Alimenticia), ha dicho del juicio.

Los 33 solicitantes solo están pidiendo una respuesta y que la corte la apruebe. i la EPA no logra implementar las regulaciones para la contaminación de granjas industriales y seguir beneficiando a grupos de presión corporativos, muchos van a sufrir.

“La EPA debe de responder a nuestro llamado de actualizar sus regulaciones y asumir la responsabilidad para las personas que sufren desproporcionadamente debido a las granjas industriales y las aguas de las que dependemos.”